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Objetivos cumplidos
PyCon 2010
Referencias / inspiración:
http://anthony.lenton.com.ar/2009/09/07/pycon-argentina-2009/en/
http://chaghi.com.ar/blog/post/2009/09/06/pycon_argentina_2009
http://www.juanjoconti.com.ar/2009/09/07/charla-taint-mode-en-python/
http://lateral.netmanagers.com.ar/tr/es/weblog/2009/09/07.html
http://www.ceportela.com.ar/como-se-hizo-la-i-jornada-python-en-santa-fe/
Texto:
A cinco años del nacimiento de PyAr, el 4 y el 5 de septiembre de 2009 se realizó en Buenos Aires PyCon Argentina 2009, la primera conferencia organizada por la comunidad Python en un país de habla hispana.
En ella se presentaron 35 charlas, contando las dos plenarias a cargo de los invitados internacionales Jacob Kaplan-Moss (Django Project) y Collin Winter (Google), cuya presencia fue posible gracias a la Python Software Foundation (PSF).
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Keynotes:
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Mucho antes de comenzar su exposición, Jacob Kaplan-Moss había mostrado signos de insatisfacción por tener que dar su charla en inglés. De hecho, había logrado que se repartiera entre el público la traducción al castellano en la que Nubis (quien habría de dar su charla sobre Django pocos minutos antes) había estado trabajando esa misma noche hasta las tres de la mañana[1]_.
Jacob dio su charla en un inglés muy claro y frente a un público que agradecería esta predisposición a la hora de festejar las ironías. Partiendo desde los inicios de la web, cuando ésta se extendía a través de archivos HTML estáticos hasta la “modernidad” industrial actual de frameworks de aplicaciones, Jacob organizó la historia del desarrollo de la web como una serie de intentos por responder a una pregunta bastante simple: “¿cómo podemos hacer para que apeste menos?”. Lejos de querer dar una lección de historia, la idea era aprovechar esa experiencia para al menos intentar atar los más importantes cabos sueltos de nuestra época: la precaria interoperabilidad, la falta de buenas herramientas para desarrollar aplicaciones web “ricas” (al menos hasta que HTML5 sea una realidad), la falta de coherencia durante el proceso de desarrollo y puesta en producción, la complejidad a la hora de escalar un sitio, la concurrencia, y por supuesto, el GIL[2]_.
Sin la promesa de un final feliz o “Deus ex machina” que resuelva la situación, ni siquiera el anuncio de una segunda parte que restaure el equilibrio perdido, Jacob finalizó su charla, ofreciendo apenas unas pistas a posibles soluciones para sus planteos. Pero fundamentalmente, haciendo un pedido concreto de auxilio a la comunidad para que en 2020, cuando las aplicaciones con las que hoy solo podemos soñar (o al menos él puede) hayan alcanzado la madurez, Python continúe siendo nuestro principal lenguaje de desarrollo y el que mantiene unida la pila de herramientas de desarrollo (y "¡carajo! necesitamos mejor manejo de concurrencia").
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